Qué amor tan inmenso
¡Qué amor tan inmenso, Señor, en ti he visto!
¡Qué amor me revela tu hondo sufrir!
¿Quién puede su vista posar en tu leño
Y luego insensible su ruta seguir?
¡Misterio profundo la cruz del Calvario!
¡El Verbo humanado muriendo por mí!
¿Qué viste en el hombre, Señor, que te llegas
Al leño espantoso y mueres así?
Amor del Calvario, sublime te muestras,
El Gólgota tiembla y ocúltase el sol.
¿Qué brazo, temblando, no apaga la antorcha
Que, ciego a tu gracia, por su norte alzó?
Herido, colgado del leño afrentoso,
El cáliz de muerte bebiendo por mí,
Te truecas en árbol y fruto de vida,
Y me abres la senda del reino feliz.
¡Amor insondable y amor soberano,
No puedo del leño mi vista apartar!
¡Allí me revelas mi culpa y tu gracia,
Allí has sellado mi gloria y mi paz!
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