Dejé todas mis cuitas a Jesús

Dejé todas mis cuitas a Jesús,
Que clavó mis pecados en su cruz,
El magnífico día que por fe
En la cruz por salvarme le miré.
Él, la carga terrible
De mis hombros quitó
Y su voz apacible
Mi dolor disipó.

Dejé todas mis cuitas al Señor,
Porque quita a las penas su amargos,
Y las lágrimas dora del mortal
Con su tierna sonrisa celestial.
El desierto miramos
Que se torna en vergel,
Cuando peregrinamos
Apoyados en Él.

Dejé todas mis cuitas al Señor,
De mí siempre benigno protector;
En el puerto seguro al fin anclé;
Y reposo en sus aguas encontré.
Tengo en Él mi consuelo,
Es mi guía, mi luz,
Y vivir en el cielo
Es vivir en Jesús.

Acude con tus cuitas al Señor,
Alma martirizada del dolor;
A su lado, la dicha lograrás,
Y librada de angustia vivirás.
En su seno divino
Hay lugar para ti,
Y seguro destino,
Alma, tienes allí.
-----

Home