Es el hombre débil nave
  Es el hombre débil nave
  Que cruza la mar
  Entre sombras, y es un sueño
  Su raudo bogar.
  En su vela siempre henchida
  Sopla el viento de los días
  Hasta dar en las orillas
  De eterno lugar.
 
  Barquilla veloz que cruza la mar
  Es tu vida un viaje breve
  A la gran eternidad.
  ¿En qué manos pues, pusiste el timón?
  ¿Llegarás, di, a las playas
  De eterna canción?
 
  Confiado, ve su quilla
  Las aguas hendir,
  Y al remero, infatigable,
  Las olas rendir.
  Mas de pronto la tormenta
  Con la nave juguetea
  Y en abismos que le aterran
  Se ve sucumbir.
 
  Mi timón está en la mano
  Del fiel Timonel,
  Y el naufragio es imposible
  Contando con Él.
  A lo lejos veo el faro
  De mi puerto deseado…
  ¡Pon también a su cuidado
  Tu pobre bajel!
 
  Nieblas, sombras, y misterio
  En tu derredor,
  Y acechar tu paso puede
  Escollo traidor.
  Sólo si en Jesús hallares
  Tu Piloto incomparable,
  Salvarás tu pobre nave
  De eterno dolor.
 
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