Vuestro hogar aquí no está,
Cuanto veis en redor
A la nada volverá
A la voz del Señor.
Este mundo de maldad,
Con su fausto y su placer,
Con su orgullo y vanidad,
Lo veréis perecer.
No lloréis por el que fue
Con Jesús a vivir,
Esperad teniendo fe,
Pronto a él vais a ir.
Junto al trono de Jesús
A los vuestros hallaréis
Y viviendo en gracia y luz
¡Nunca «adiós» les diréis!