Hundido en sombras de aflicción,
Llorando mi flaqueza,
Hallado fui, y tu gran amor
Llevóse la tristeza.
Vencido fui por ti, Señor:
Y desde entonces conocí
Tu gozo y tu riqueza.
Señor, tu gracia llegue a mí:
Inúndeme del gozo
De andar en ti y en ti morir,
De contemplar tu rostro.
Mi corazón elige, oh Dios:
Haz tu morada en él, Señor:
Lo brindo a ti gozoso. Amén.