Rogamos al buen Consolador

Rogamos al buen Consolador
Nos conceda gracia, fe y fervor;
El nos dé su ayuda, su mano fuerte
Nos ampare en la angustia y la muerte.
Ten piedad, Señor.

¡Oh sol de gracia, divina luz,
Guíanos hacia el Señor Jesús!
Haz que en El quedemos en todo día,
hasta entrar en Su Edén de alegría.
Ten piedad, Señor.

Amor sin par, danos tu favor,
Llénanos de fervoroso amor,
Para que hermanado Tu pueblo entero
Marche en paz por el mismo sendero.
Ten piedad, Señor.

Consuelo fiel, poderoso Dios,
De maldad y afrentas líbranos.
Contra el enemigo cruel y malvado,
Sé al fin, nuestro fuerte abogado.
Ten piedad, Señor.

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