Vida hay por mirar al Cordero
Vida hay por mirar al Cordero inmolado
Vida puedes ahora tener;
Mira, pues, pecador, mira a Aquel, y sé salvo,
Que en el leño suspendido fue.
Mira a Aquel, mira a Aquel
Que en el leño suspendido fue.
Sólo expía la sangre el pecado del alma,
No el contrito gemir ni el orar;
En Aquel que la suya vertió, pues, descarga
Todo el peso de tu iniquidad.
Mira a Aquel, mira a Aquel
Que en el leño suspendido fue.
De tu buena acogida no dudes; Dios mismo,
Que hecho está todo ya, declaró;
Que del mundo en el fin una vez ha venido,
Y la obra empezada acabó.
Mira a Aquel, mira a Aquel
Que en el leño suspendido fue.
Con placer, pues, acepta la vida al momento,
Que Jesús, tu justicia, te da:
Y porque Él vive siempre, conoce por cierto
Que no puedes morir tú jamás.
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Mira a Aquel, mira a Aquel
Que en el leño suspendido fue.
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