Ten tú piedad de mí
  Ten tú piedad de mí, Señor;
  Misericordia ten.
  Mis rebeliones, ¡oh, mi Dios!,
  Borradas siempre estén.
 
  Lávame, ¡oh!, lávame,
  Y más blanco que la nieve
  Yo seré, sí, por la sangre
  De Jesús.
 
  De mis pecados límpiame,
  De toda mi maldad;
  Conforme a tu gran compasión,
  Lávame más y más.
 
  Lávame, ¡oh!, lávame,
  Y más blanco que la nieve
  Yo seré, sí, por la sangre
  De Jesús.
 
  Pecado he sólo contra ti,
  Tus juicios puros son;
  Te reconozco, justo aquí
  En mi condenación.
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  Lávame, ¡oh!, lávame,
  Y más blanco que la nieve
  Yo seré, sí, por la sangre
  De Jesús.
 
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