Oh mi Señor, ya vengo

¡Oh, mi Señor! Ya vengo a ti
E imploro humilde compasión;
Ver el pecado en mi morir
Es mi ardiente petición.

¡Oh, ten piedad de mí, Señor,
Y lávame de mi maldad!
¡Oh, sáname! Y pon en mí
Un corazón libre de mal.

Mi senda al fin llegué a mirar,
Cieno en ella abundó;
Todo lo vil hoy quede atrás
Y dame un nuevo corazón.

¡Oh, ten piedad de mí, Señor,
Y lávame de mi maldad!
¡Oh, sáname! Y pon en mí
Un corazón libre de mal.

La fuente vil quiero cegar,
De todo mal guardar mi ser;
Aún vigilando surge el mal:
Impuro soy, ¡oh, sáname!

¡Oh, ten piedad de mí, Señor,
Y lávame de mi maldad!
¡Oh, sáname! Y pon en mí
Un corazón libre de mal.

Dichoso aquel que en santidad
Guardado ve su corazón;
También a mí me limpiarás
Y gozaré tal bendición.

¡Oh, ten piedad de mí, Señor,
Y lávame de mi maldad!
¡Oh, sáname! Y pon en mí
Un corazón libre de mal.

Henchida entonces mi visión
De meridiana claridad,
Reflejará el corazón
Destellos puros de tu faz.
-----

¡Oh, ten piedad de mí, Señor,
Y lávame de mi maldad!
¡Oh, sáname! Y pon en mí
Un corazón libre de mal.

Home