Oh Varón de dolores
¡Oh Varón de Dolores!, traspasado tu cuerpo
Te has alzado en la vida cual ingente peñón,
Yu hendidura profunda es el dulce refugio,
Cuando avanzan las aguas y combate el turbión.
Coronadas tus sienes de punzantes espinas,
Negras nubes rasgaste para hacernos brillar
Ese sol codiciado que da vida a las almas
E ilumina el sendero que conduce al hogar.
¡Oh Varón de Dolores!, taladradas tus manos
Asaltaste los atrios del más vil exactor,
Los cerrojos partiste y millares de esclavos
A la dicha surgieron bendiciendo tu amor.
Y tus pies horadados han trazado en la vida
Un bendito camino que jamás borrarán
Los embates del tiempo, la ceguera del hombre,
Ni de tus enemigos diabólico afán.
¡Oh Varón de Dolores!, inclinada tu frente
Y cubiertos tus ojos por un velo mortal,
Has prendido en la noche de este valle un lucero:
¡La mirada del Padre esperando al umbral!
Y tus labios benditos, hechos lirio morado,
Han gustado sumisos amarguras de hiel,
Para hablarnos de vida y quedar tus palabras
Como frutos sagrados de celeste vergel.
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