Venid los que al Señor amáis
Venid, los que al Señor amáis de veras
Vuestra alegría y gozo proclamad;
Dadle expresión de cantos armoniosos,
Y el trono rodead, y el trono rodead.
Los que nunca a su Dios reconocieron,
Los que Él rechaza, niéguense a cantar;
Mas los queridos por el Rey del cielo,
Su amor publicarán, su amor publicarán.
Los hombres de la gracia han descubierto
Que la gloria en la tierra brotó ya;
La esperanza y la fe en la tierra humilde
Sus frutos pueden dar, sus frutos pueden dar.
La cumbre de Sión sacros productos
Nos brinda, y de dulzura sin igual,
Aún antes de llegar a los confines
Del campo celestial, del campo celestial.
Mil cantos, pues, gozosos entonemos;
Cesemos de gemir y de llorar,
Por los campos de Dios vamos marchando
A la gloria eternal, a la gloria eternal.
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