Hay cantar que mi alma llena
Hay cantar que mi alma llena
Con la dicha y paz suprema;
Y su dulce voz resuena,
Cristo puede, sí, salvar.
Oh cantádmelo una y otra vez,
(oh cantádmelo otra vez)
En su dulce, divina sencillez,
(en su dulce sencillez)
Suene sobre el alto mar,
Cristo puede, sí, salvar.
Este cántico me alegra;
Cristo salva a aquel que crea,
Cristo da la vida eterna,
Cristo puede, sí, salvar.
Oh cantádmelo una y otra vez,
(oh cantádmelo otra vez)
En su dulce, divina sencillez,
(en su dulce sencillez)
Suene sobre el alto mar,
Cristo puede, sí, salvar.
Pecador, ven sin reserva,
Busca a Cristo, que te espera,
Ríndele tu vida entera:
Cristo puede, sí, salvar.
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Oh cantádmelo una y otra vez,
(oh cantádmelo otra vez)
En su dulce, divina sencillez,
(en su dulce sencillez)
Suene sobre el alto mar,
Cristo puede, sí, salvar.
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