Al mirar, oh Dios, mi senda
Al mirar, ¡oh Dios!, mi senda
Te bendice el corazón,
Y de tu gracia infinita
Toma el alma su canción.
De tu mano he recibido
La más bella libertad,
Hoy tu luz mis pasos guía
En salud e integridad.
De ceguera, libra el alma,
De su daño, el corazón,
Son tus atrios mi delicia,
Tu servicio mi afición.
Ver pasar quiero mis días
Siempre cerca de tu altar
Y cuál pámpano cuidado
Más y más fruto llevar.
Aborrezco la malicia,
El engaño y falsedad,
El camino de pecado,
Y la silla de impiedad.
Mas a ti es a quien debo
Esta paz y bendición,
A tu mano que sostiene
En tu gracia el corazón.
No me dejes, ¡oh, Dios mío! ;
Confiado vivo en ti,
Y tan sólo tu amor tierno
Hace mi vida feliz.
¡Pruébame! Y no me dejes
Con el hombre pecador;
¡Pruébame! Y acrisolado
Me veré por tu favor.
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