Meditando noche y día
En ella, pronto ha de ser
Como el árbol que enraíza
De las corrientes al pie.
Fruto dulce y sazonado,
Entre verdor perennal,
Mostrará y cuanto hace
Prosperado se verá.
El Señor mira los justos
Y conoce su heredad;
Mas la senda de los malos
En su día juzgará.
¡Cuán feliz en tus caminos,
Por tu gracia, puedo ser!
¡Dame, oh Dios, honrar tu Nombre!
¡Dame, oh Dios, amar tu Ley!
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