Oh Señor tu voz me llama
¡Oh, Señor!, tu voz me llama
A seguirte en el camino
Y negándome a mí mismo
Con mi cruz, cual tú, marchar.
El amor trazó tu senda
Y a la voluntad del Padre
Obediente caminaste
En sublime comunión.
Si guiares por camino
Que entorpecen las espinas,
Fijaré en tu cruz mi vista
Y a tu lado seguiré.
Si aquel huerto de amargura
Mi sendero ha de cruzarle,
Yo recordaré aquel cáliz
Que por mí bebiste allí.
Cada paso tú conoces,
Cada pena y amargura,
¿Qué humillación o lucha
Será nueva para ti?
Tu amor santo me constriñe
Y, aunque débil y temblando,
Pongo mi mano en tu mano
¡Y seguirte es mi elección!
-----
Home