Oh Jesús, dulce refugio
Oh Jesús! dulce refugio de mi alma,
Permite que me abrigue hoy en tu seno,
Mientras las aguas hacia mí se acercan,
Y la tormenta brama desde lejos.
¡Oh Salvador! ampárame entretanto
Que el turbión de esta vida pasa hirviendo;
Y recibe por fin mi alma afligida,
Abriéndole tu bien seguro puerto.
No alcanza otro refugio a mis peligros,
Y esta alma desvalida a ti la entrego.
¡Oh, mi fiel Salvador! no me abandones;
Apóyame y cnfórtame en mi anhelo.
Toda mi confianza en ti reposa;
Sólo en ti apoyo en mi flaqueza encuentro;
Mi cabeza ampara tu potente ala,
Y libre, a su sombra del aml me veo.
En ti, Señor, gracia abundante se halla
Para lavar de mi alma el pecado;
Que abunde el manantial que purifica
Y limpie de toda mancilla el pecho.
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