Del uno al otro polo

Del uno al otro polo,

¡Oh, pueblos y naciones!,

Con plácidas canciones

A Dios glorificad.

Pues su bondad inmensa

Revela a cada instante,

Para que el hombre cante

Eterna su verdad.

De un siglo en otro siglo

Pasando las edades,

Eternas sus bondades

Sin número serán.

Y sin cambiar en nada,

Nuestros hijos y nietos,

De su verdad completos

Los dones gozarán.

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