El mundo no es mi hogar
El mundo no es mi hogar, soy peregrino aquí.
En la ciudad de luz tendré tesoro, sí;
Eterno resplandor por siempre gozaré
Y la vida mundana jamás seguiré.
Bendito Cristo,
Tú eres siempre fiel;
La dicha que me das,
Más dulce que la miel.
La célica mansión
Por siempre gozaré
Y la vida mundana
Jamás seguiré.
Un himno entonaré a Cristo el Salvador.
Digno eres, oh, Jesús, de gloria y de honor.
La Patria celestial por siempre gozaré
Y la vida mundana jamás seguiré.
Bendito Cristo,
Tú eres siempre fiel;
La dicha que me das,
Más dulce que la miel.
La célica mansión
Por siempre gozaré
Y la vida mundana
Jamás seguiré.
Ningún dolor habrá al lado de Jesús.
Por mí su vida dio clavado en la cruz.
Perfecta paz allá por siempre gozaré
Y la vida mundana jamás seguiré.
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Bendito Cristo,
Tú eres siempre fiel;
La dicha que me das,
Más dulce que la miel.
La célica mansión
Por siempre gozaré
Y la vida mundana
Jamás seguiré.
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