Entre el vaivén de la ciudad
Entre el vaivén de la ciudad,
Más fuerte aún que su rumor;
En lid de raza y sociedad,
Tu voz oímos, Salvador.
Doquiera impere explotación,
Falte trabajo, no haya pan;
En los umbrales del terror,
Oh Cristo, vémoste llorar.
Un vaso de agua puede ser
Hoy, de tu gracia, la señal;
Mas ya las gentes quieren ver
Tu compasiva y santa faz.
Salva, oh Cristo, con poder
A la sufriente humanidad;
Si con amor lo hiciste ayer,
Camina y vive en mi ciudad.
Hasta que triunfe tu amor
Y el mundo pueda oír tu voz,
Y de los cielos, oh Señor,
Descienda la Ciudad de Dios.
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