¡Oh Cordero celestial,
Por mí herido en Gólgota!
Paz, perdón, vida eternal
Busco en Ti con triste afán.
Compadécete de mí
Ayudándome a creer;
Líbrame de todo mal
Por Tu gracia y Tu poder.
Aunque llore sin cesar,
En el llanto sin valor
La fe sólo en Ti, Jesús,
Vale para el pecador.
Pues, Señor, tal como soy
Yo me entrego ahora a Ti;
¡Oh Cordero celestial,
Eres todo para mí!